He recibido una llamada del Vaticano, se me requiere para un caso de extrema gravedad en Portugal. Al parecer ocurre algo en un pequeño pueblo y me han ordenado que me desplace hasta allí con máxima urgencia.
Los datos que me han proporcionado son escasos, hablan de una niña presumiblemente poseída y un grupo de aldeanos bajo el efecto de una rabia incontrolable. Esperan noticias pronto… pero yo imagino de que puede tratarse.
Como responsable de de casos “anormales” para el Vaticano tenía conocimientos al alcance de muy pocos, además, el mismísimo Santo Padre Juan Pablo II me había bendecido.
Es sabido por círculos de la iglesia que los cuatro jinetes llevan siglos minando a la humanidad, el siglo pasado fue quizá en el que mejor hicieron su trabajo, pocos lugares del mundo se salvaron de guerras, hambre, pestes y muerte. Pero el ser humano consigue sobreponerse siempre a las adversidades, aunque los demonios campen entre ellos.
Ahora el caído a lanzado a su quinto jinete y si no podemos controlarlo quizá no haga falta el sexto. No son desvaríos de un sacerdote loco, los casos de posesiones que he seguido a lo largo de los años me han hecho pensar que esto era lo que EL buscaba.
Salgo hacia Portugal, espero llegar esta noche al pueblo e informar al Vaticano de la situación.
Dios mío, solo te pido que me des fuerzas para los momentos oscuros que se avecinan sobre nosotros.
Los datos que me han proporcionado son escasos, hablan de una niña presumiblemente poseída y un grupo de aldeanos bajo el efecto de una rabia incontrolable. Esperan noticias pronto… pero yo imagino de que puede tratarse.
Como responsable de de casos “anormales” para el Vaticano tenía conocimientos al alcance de muy pocos, además, el mismísimo Santo Padre Juan Pablo II me había bendecido.
Es sabido por círculos de la iglesia que los cuatro jinetes llevan siglos minando a la humanidad, el siglo pasado fue quizá en el que mejor hicieron su trabajo, pocos lugares del mundo se salvaron de guerras, hambre, pestes y muerte. Pero el ser humano consigue sobreponerse siempre a las adversidades, aunque los demonios campen entre ellos.
Ahora el caído a lanzado a su quinto jinete y si no podemos controlarlo quizá no haga falta el sexto. No son desvaríos de un sacerdote loco, los casos de posesiones que he seguido a lo largo de los años me han hecho pensar que esto era lo que EL buscaba.
Salgo hacia Portugal, espero llegar esta noche al pueblo e informar al Vaticano de la situación.
Dios mío, solo te pido que me des fuerzas para los momentos oscuros que se avecinan sobre nosotros.
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