Sandra miró atentamente los vasos. Su primera reacción fue la de mover el segundo y el cuatro vaso lleno e intercambiarlos por el segundo y el cuatro vacío pero, cuando estaba a punto de hacerlo, se dio cuenta del error.
-¡Serás cabrón! Nada dice que no pueda volcar el contenido de un vaso lleno en uno vacío ¿nooooo? Es decir, con mover los dos llenos y volcarlos en los vacíos hay suficiente ¿no?
Nadie contestó. Con la frente llena de sudor, Sandra tomó el segundo vaso lleno y lo volcó en el segundo vacío e hizo lo mismo con el cuatro.
Nuevamente aquella voz metálica y grave resonó en la habitación.
-¡Correcto! Chica lista...
La puerta se abrió y Sandra entró en la habitación colindante. Esta vez, tras la nueva puerta, una desagradable sorpresa la esperaba. Se asomó y sólo entrar vio en el suelo el cuerpo putrefacto de una mujer a la que le faltaban dos dedos. Sandra apretó su espalada contra la pared y empezó a chillar completamente fuera de sí. Indudablemente, no era la primera vez que Jorge hacía aquello. Por un segundo trató de mantener su cabeza fría. Debía sacar provecho de aquello, pensó. Miró con disimulo a la chica y vio en el suelo uno de los dedos amputados. Quizás, si se hacía con él podría emular el corte de uno propio.
-¿Vas a ser igual de necia que ella? Dijo aquella siniestra voz. ¿A qué esperas?
Tratando de sacar fuerzas de flaqueza Sandra miró al frente, donde se encontraba la cómoda. Se acercó tratando de arrastrar sutilmente con su pie, tras de si el dedo. Luego abrió el primer cajón. En el había un papel y un lápiz. Tomó el papel y leyó.
En un cuadro de tres casillas por tres, coloca todos los números del 1 al 9 de modo que tanto en vertical, como en horizontal, o en diagonal, la suma de los tres números alineados dé siempre la misma cifra.
Sandra tomó el reverso del papel y empezó a disponer las cifras. Los nervios estaban haciendo mella en ella y mientras, iba viendo como la vela se consumía inexorablemente.
-Dos mas siete...mas seis...
La vela seguía reduciendo su tamaño y Sandra seguía sin encontrar la combinación numérica correcta. Cuando apenas quedaba lumbre Sandra dio con la solución pero, en vez de darla, esperó con cautela a que la vela se apagase por completo. Era su única oportunidad para coger aquel dedo del suelo. Por fin la vela se extinguió y en un gesto ágil y raudo Sandra tomó aquel deshecho del suelo y lo introdujo en el bolsillo delantero de su pantalón.
-¡Ya lo tengo! La combinación por filas es 2,9,4,7,5,3,6,1,8 y la suma da siempre 15.
-La respuesta es correcta pero...¿Qué has tomado del suelo Sandra?
Sandra empezó a temblar como una hoja. Las cámaras debían tener visión nocturna, pensó.
-Nada, tan sólo estaba poniéndome bien la sandalia. Me hacía daño.
Si quería cerciorase de la realidad tendría que dar la cara y eso podía darle una oportunidad de escapar. No tenía otra forma de averiguar si había cogido algo del suelo.
- Espero por tu bien que no trates de mentirme. Por cierto, las siguientes pruebas ya no van a ser tan sencillas. Vete despidiendo de tus dedos..ajajjajajaj.
La penúltima puerta se abrió y Sandra avanzó hasta la siguiente habitación. Nuevamente, abrió el cajón superior de la cómoda y tomó el papel y el lápiz que allí se encontraban.
Esta es una prueba matemática. Deberás encontrar un número de varias cifras de modo que, al mover el último dígito de este número delante del primero, el número resultante sea el doble del anterior.
-¡No es justo! ¿Acaso crees que en este estado puedo resolver esto? Exclamó Sandra rota por la angustia.
-Tienes tooodooo el tiempo del mundo. Contestó en tono irónico aquella voz.
-¡Sabes que es imposible!
Desesperada Sandra empezó a probar números al azar. Se sentía incapaz de pensar. El cansancio y los nervios habían hecho mella en ella. Miró de soslayo el cuchillo del cajón y empezó a pensar cómo iba a hacer el cambio con el dedo de la muerta. Esperaría nuevamente a que la vela se apagase. Aunque la cámara tuviese visión nocturna existía un segundo de cambio en que la visión, nunca es igual de nítida. Trató de colocarse de lado de forma que, con la mano que quedaba fuera de la vista de la cámara pudiese extraer el dedo y tenerlo preparado.
-No lo sé. Me rindo. Soy incapaz de solucionarlo. Dijo entre lloros tratando de que aquel loco se apiadara de ella.
sábado, 27 de febrero de 2010
el juego de la muerte parte 3
Publicado por Andi (앤디) en 0:34 2 comentarios
lunes, 15 de febrero de 2010
el juego de la muerte parte 2
Asustada y muy nerviosa, Sandra miró alrededor tratando de encontrar una cámara. Allí estaba, en una de las esquinas superiores del techo. Sin poder evitarlo rompió a llorar y, con la respiración entrecortada exclamó:
-¡Déjame ir, por favor!...Por favor Jorge...esto no tiene gracia.
Nadie contestó, el silencio era absoluto.
-¡Tengo dinero! Seguro que mi familia te dará lo que quieras...
Nuevamente el silencio era devastador.
Angustiada y viendo como la vela se consumía, Sandra abrió el primer cajón de la cómoda. Allí había un cuchillo, que esperaba no tener que utilizar, y un papel. Tomó el papel entre sus mano y leyó atentamente.
Tienes una botella de cristal sobre una mesa. Está cerrada con un corcho y del interior de este corcho pende un hilo con una aguja al final del mismo. ¿Cómo consigues que la aguja toque el fondo de la botella sin tocarla? Para resolver el enigma puedes usar aquello que creas oportuno.
Sandra trató de tranquilizarse y pensar.
-Cristal...hilo...mmm. ¡Creo que lo tengo! Exclamó no sin temor a equivocarse.
Repasó la solución por un instante en su cabeza y luego dijo en voz alta:
-Quemaría el hilo con una lupa.
Tras un breve y aterrador silencio, una voz fuerte y profunda contestó:
-¡Correcto!
La puerta de la estancia se abrió y ante sí un estrecho y oscuro pasillo la condujo a una nueva habitación iluminada por la tenue luz de otra vela. Entró en ella y tras de sí, la puerta se cerró. Miró atentamente la habitación. Enfrente, la siguiente puerta la estaba esperando y a la derecha pudo ver la ya conocida cómoda. Encima de la cómoda había diez vasos, cinco llenos de líquido y cinco vacíos. Se acercó y abrió lentamente el primer cajón. Allí estaba, un nuevo papel y un nuevo cuchillo. Nuevamente leyó atentamente la prueba.
Sobre la cómoda hay diez vasos en hilera; los cinco primeros están llenos de líquido y los cinco últimos están vacíos. ¿Cuántos vasos hay que mover para formar con ellos una hilera donde los vasos vacíos y los llenos se vayan alternando?
PD: No trates de beber el líquido, es lejía.
-¡Déjame ir, por favor!...Por favor Jorge...esto no tiene gracia.
Nadie contestó, el silencio era absoluto.
-¡Tengo dinero! Seguro que mi familia te dará lo que quieras...
Nuevamente el silencio era devastador.
Angustiada y viendo como la vela se consumía, Sandra abrió el primer cajón de la cómoda. Allí había un cuchillo, que esperaba no tener que utilizar, y un papel. Tomó el papel entre sus mano y leyó atentamente.
Tienes una botella de cristal sobre una mesa. Está cerrada con un corcho y del interior de este corcho pende un hilo con una aguja al final del mismo. ¿Cómo consigues que la aguja toque el fondo de la botella sin tocarla? Para resolver el enigma puedes usar aquello que creas oportuno.
Sandra trató de tranquilizarse y pensar.
-Cristal...hilo...mmm. ¡Creo que lo tengo! Exclamó no sin temor a equivocarse.
Repasó la solución por un instante en su cabeza y luego dijo en voz alta:
-Quemaría el hilo con una lupa.
Tras un breve y aterrador silencio, una voz fuerte y profunda contestó:
-¡Correcto!
La puerta de la estancia se abrió y ante sí un estrecho y oscuro pasillo la condujo a una nueva habitación iluminada por la tenue luz de otra vela. Entró en ella y tras de sí, la puerta se cerró. Miró atentamente la habitación. Enfrente, la siguiente puerta la estaba esperando y a la derecha pudo ver la ya conocida cómoda. Encima de la cómoda había diez vasos, cinco llenos de líquido y cinco vacíos. Se acercó y abrió lentamente el primer cajón. Allí estaba, un nuevo papel y un nuevo cuchillo. Nuevamente leyó atentamente la prueba.
Sobre la cómoda hay diez vasos en hilera; los cinco primeros están llenos de líquido y los cinco últimos están vacíos. ¿Cuántos vasos hay que mover para formar con ellos una hilera donde los vasos vacíos y los llenos se vayan alternando?
PD: No trates de beber el líquido, es lejía.
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miércoles, 10 de febrero de 2010
El juego de la muerte parte 1
Desde el primer instante en que Eugenio les presentó, congeniaron a la perfección. Además de ser un chico muy atractivo, Jorge compartía con ella muchas aficiones.
-O sea, ¿que a ti también te apasionan los juegos de ingenio?
Preguntó Sandra.
-Por supuesto. Sudokus, crucigramas, problemas lógicos...y ¿sabes algo?
-No.
-Que soy muy, pero que muy bueno.
-¡Menos lobos caperucita! Estoy segura que te iba a dar una buena paliza.
Respondió Sandra retándole.
Cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que no sabía donde estaba. Lo último que recordaba era haberse montado en el BMW de aquel chico que Eugenio le acababa de presentar. Miró a su alrededor tratando de averiguar dónde se encontraba. Era una habitación decrépita y abandonada. Estaba llena de telarañas y polvo y, salvo por aquella vela, un cochambroso colchón y una destartalada cómoda, no había mucho más que observar.Trató de abrir la puerta sin éxito, estaba cerrada con llave. Enfurecida, trató de derribarla a patadas pero, a diferencia de lo que ocurre en las películas, la puerta no cedió. Entonces, sobre la cómoda vio un papel escrito a máquina.Bienvenida a la casa de los cinco enigmas. Ahora tienes la oportunidad de demostrarme si realmente eres mejor que yo. En cada estancia hallarás una cómoda y en el primer cajón de la misma, un problema que resolver. Sólo saldrás de esa habitación, si logras solucionarlo. Si superas todas las pruebas quedarás libre y admitiré la derrota. Sino...Para empezar a jugar debes saber cuáles son las reglas:
1. La única luz que posees es la de la vela que hallarás recién encendida en cada estancia. Cuando se apague, te quedarás a oscuras.
2. No existe tiempo para resolver los acertijos, pero hasta que salgas de la casa, no beberás, ni comerás. El tiempo lo marcará tu resistencia física.
3. Por cada respuesta incorrecta que des, deberás dar algo a cambio. Es decir, si quieres seguir el recorrido y salir de aquí ,deberás tomar un cuchillo que dejaré a tu alcance y seccionarte un dedo. Sólo así te permitiré continuar.
4. Si tratas de escapar, o de incumplir las reglas, seré yo mismo quien acabe con tu vida.Disfruta del juego.
PD: Te estoy viendo todo el tiempo, así que no hagas estupideces.
Publicado por Andi (앤디) en 9:48 0 comentarios
sábado, 6 de febrero de 2010
la fotografía
Esta historia no me pasó a mi, pero esta basada en hechos reales.
Mis vecinos y yo siempre hemos tenido un interés especial hacia los seres sobrenaturales, íbamos a donde los rumores nos llevaban. Un día nos contaron sobre un viejo parque abandonado con un misterioso pasado.
Decidimos ir a ver y como siempre nos llevamos nuestras cámaras, eramos 5: Miguel, Luis, Camila, Rosa y yo; pero Camila siempre era la menos animada para estos asuntos. Al principio no quería venir con nosotros pero Miguel y yo la convencimos.
Fuimos al atardecer y pasamos para recoger a Camila, cuando ya llegábamos nos topamos con una vieja cerca oxidada y llena de enredaderas, los demás ya iban a treparla pero note un hueco a un lado por donde entramos.
Cuando entramos note que los columpios tenían un leve tambaleo, supuse que era la brisa así que les dije a los demás que se pusieran al lado para tomar una foto solo por si acaso. Luego empezamos a fotografiar todo el parque para encontrar algo, pero ya había pasado una hora y al no encontrar nada nos marchamos.
Al llegar a mi casa me puse a revelar las fotos, pero sin saber porque tenía mucho sueño a esa hora así que las dejé durante la noche. A la mañana siguiente me fui a ver los resultados, pasando las fotos encontré la primera que tomé, me quede pálido cuando vi lo que parecía una niña abrazando a Camila desde atrás. Guarde la foto en mi bolsillo y salí corriendo a casa de Camila, pero solo encontré a su papá quien me dijo que su mamá había llevado a Camila al hospital más cercano la noche anterior.
Extrañado regresé por mi bicicleta y me fui a toda velocidad hasta el hospital, cuando llegué pregunté por su número de habitación y al pasar note que tenía unas extrañas quemaduras moradas en la espalda y parte del abdomen y le pregunté que le había pasado, en eso su mamá me responde entre el llanto,
-No puede responder, esta en coma. Anoche llegó fatigada sin energías de un supuesto parque.
Sentí el una tremenda culpa cuando dijo eso, revisé mi bolsillo pero la foto no estaba, cuando volvía a mi casa a buscarla Miguel y Luis estaban sentados enfrente viendo hacia el piso, me acerqué a ver e impresionados me dijeron que había una niña junto a Camila, tomé la foto y la quemé antes de que algo peor sucediera.
Unos 4 días después camila recobró el conocimiento pero sus extrañas quemaduras no desaparecieron, aunque quién sabe lo que pudo haber ocurrido de no ser por haber quemado la foto. Ahora cuando raramente visitamos lugares con presencias sobrenaturales Camila afirma sentir un ardor en la cicatriz.
Desde ese acontecimiento todos aprendimos que hay lineas que no se deben cruzar.....
Decidimos ir a ver y como siempre nos llevamos nuestras cámaras, eramos 5: Miguel, Luis, Camila, Rosa y yo; pero Camila siempre era la menos animada para estos asuntos. Al principio no quería venir con nosotros pero Miguel y yo la convencimos.
Fuimos al atardecer y pasamos para recoger a Camila, cuando ya llegábamos nos topamos con una vieja cerca oxidada y llena de enredaderas, los demás ya iban a treparla pero note un hueco a un lado por donde entramos.
Cuando entramos note que los columpios tenían un leve tambaleo, supuse que era la brisa así que les dije a los demás que se pusieran al lado para tomar una foto solo por si acaso. Luego empezamos a fotografiar todo el parque para encontrar algo, pero ya había pasado una hora y al no encontrar nada nos marchamos.
Al llegar a mi casa me puse a revelar las fotos, pero sin saber porque tenía mucho sueño a esa hora así que las dejé durante la noche. A la mañana siguiente me fui a ver los resultados, pasando las fotos encontré la primera que tomé, me quede pálido cuando vi lo que parecía una niña abrazando a Camila desde atrás. Guarde la foto en mi bolsillo y salí corriendo a casa de Camila, pero solo encontré a su papá quien me dijo que su mamá había llevado a Camila al hospital más cercano la noche anterior.
Extrañado regresé por mi bicicleta y me fui a toda velocidad hasta el hospital, cuando llegué pregunté por su número de habitación y al pasar note que tenía unas extrañas quemaduras moradas en la espalda y parte del abdomen y le pregunté que le había pasado, en eso su mamá me responde entre el llanto,
-No puede responder, esta en coma. Anoche llegó fatigada sin energías de un supuesto parque.
Sentí el una tremenda culpa cuando dijo eso, revisé mi bolsillo pero la foto no estaba, cuando volvía a mi casa a buscarla Miguel y Luis estaban sentados enfrente viendo hacia el piso, me acerqué a ver e impresionados me dijeron que había una niña junto a Camila, tomé la foto y la quemé antes de que algo peor sucediera.
Unos 4 días después camila recobró el conocimiento pero sus extrañas quemaduras no desaparecieron, aunque quién sabe lo que pudo haber ocurrido de no ser por haber quemado la foto. Ahora cuando raramente visitamos lugares con presencias sobrenaturales Camila afirma sentir un ardor en la cicatriz.
Publicado por Andi (앤디) en 3:05 2 comentarios
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