Estaba mirando las noticias en la televisión. Muchos
heridos, asesinados o violados, lo de siempre. Ya casi era media noche. No soy
de quedarme tan tarde, pero esa noche mis padres salieron, y no iba a
desaprovechar esta oportunidad para darme un tiempo para mí. Soy hija única, 16
años, por lo tanto no debía de preocuparme por si mi hermanito o hermanita tenia sueño o hambre... No, solo estaba yo y
mi televisión. Ya cansada y exhausta me fui a acostar, y fue cuando lo vi.
En la ventana de mi dormitorio una sombra asomaba. Creí que podría
ser algún árbol o animal, pero después de mirar un buen rato esa penumbra el
sueño me gano y dormí profundamente. Cuando me desperté todavía era de noche,
pero me di cuenta que no estaba en mi cama, parecía mas una superficie plana de
piedra. Intente mover mis brazos y piernas, pero unas cadenas no me lo
permitieron. Cuando reaccione, me encontraba en un gran galpón, parecía
abandonado por las grietas y ventanas rotas. Comencé a sudar, mire para un
costado y vi una mesita con un cuchillo, dos estacas, una media bastante sucia
y una aguja de coser. Una lágrima caía sobre mi mejilla y un dedo grueso me la
detuvo. –No llores, que no te va a pasar nada.-me decía con una risa macabra. Agarro
la media sudorosa y me la metió en la boca, trataba de resistir, me toco la
mano y me dijo.-Si te resistís menos la tortura será mas blanda.- Y se reía.
Cogió la piedra y una de las estacas. Yo
rogaba que me dejara ir, con llanto y gemidos.-Ahora no se puede.- me dijo,
Siempre riendo. Y sin que me diera cuenta, clavo el palo en la rodilla derecha,
y con el martillo le daba. Yo gemía y lloraba más fuerte. Pensé que nunca iba a
acabar, hasta que me rompió el hueso. Quería morir, pero el torturador quería
mantenerme viva para hacerme sufrir más, y entonces me cicatrizo la gran herida,
ya que la pierna derecha me la había cortado.
Cuando sentí el fuego, chille tanto que la media se salió, y puede pedir auxilio, de una bofetada
me callaron. Lo escupí, y el tipo tan enojado, coloco nuevamente la media en mi
boca, dejo el martillo y agarro la aguja de coser.- Abre bien los ojos perra, sabrás
lo que es el dolor.- y así me la coloco en el ojo. Ojala que nunca sepan lo que
siento yo ahora. Es algo horrible, como si tres ladrillos te lo partieran en la
espalda. El muchacho, (muchacho, porque parecía de 18 años) dejándome la aguja
en el ojo, se saco los pantalones y los calzoncillos y empezó a abusar de mi. De una chica de 16 años,
sin la pierna derecha y con una aguja en el ojo. Luego de media
hora se decidió. Se vistió y me saco el alfiler. Cogió el cuchillo y
antes de hacer lo que iba a ser le pregunte con mi voz asustada, mojada por mis
lágrimas y sudor, - ¿Por qué?-. –Porque si.-Dijo. Y con el cuchillo, en mi
pecho, escribió. “Nunca más la dejen sola”, Y allí fue, cuando no sentí mas
dolor.
3 comentarios:
aa buena contestacion... porque si...
besos
no me gusto me parecio muy tonto solo la torturo y ya muy tipico osea q onda eeh? q estupida historia ponte a acer algo mas cabrona d mierda follame rico rico asi asi asi
como te coja te revienteo vivo gilipollas de mierda, como te atreves a insultarme en mi propio blog nulo de mierda, no se si tienes blog, pero si lo tienes no serviría ni para dar de comer a los animales, hijo de tu putisima madre, si kieres criticarme ve a mi otro blog, criticarfacil.blogspot.com
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